El 31 de octubre se recuerda en todo el mundo, el acto de la promulgación de
las 95 tesis clavadas por el monje agustino Martín Lutero en la puerta de la
Iglesia del palacio de Wittenberg. Este acto fue el inicio para una nueva forma
de relacionarse con Dios, el cambio de la estructura social, la construcción
política y la apertura de la educación a todos los estamentos sociales. Por
tanto, la Reforma no es sólo una conmemoración de carácter religioso;
también celebraremos la libertad de creencia y la libertad de pensamiento.
Martín Lutero y demás reformadores enfatizaron en sus escritos los siguientes
énfasis:
“La sola fe”
“La sola gracia” (El negocio de la venta de indulgencias fue derribado con la
idea de que la gracia y la misericordia de Dios son gratuitas.)
“La sola Escritura” (la Biblia)
“El sacerdocio universal de los creyentes”
“Solo a Dios la gloria”
La Reforma continúa…
Las iglesias en la actualidad continúan enfatizando los principios que dieron
lugar a la Reforma Protestante.
Cada creyente debe asumir su parte de responsabilidad y ser testigo de la
fidelidad a la Palabra de Dios.
Como herederos de la Reforma Protestante, debemos condenar los atropellos,
la intolerancia y persecución para aquellos que no piensan igual que nosotros,
los gobernantes deben aprender a respetar a los creyentes.
La Iglesia Evangélica debe retomar el espíritu que movió a los reformadores,
levantando su voz orientadora y profética señalando los errores y todo acto de
corrupción de los funcionarios del Gobierno y de la sociedad en general,
llamando a la paz, a la práctica de la libertad, la igualdad de derechos, a la
justicia, al amor y a la tolerancia.
Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra.
Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime.
Prov. 29:2
Pr. Estuardo López L.
Presidente C.E.E.
Quito, 31 de octubre de 2023