Los evangélicos y la Contraternidad Evangélica Ecuatoriana
Los evangélicos somos ciudadanas y ciudadanos ecuatorianos que aceptamos y practicamos los preceptos bíblicos, porque los consideramos nuestra norma de fe y de conducta. Creemos en la existencia de un Dios Trino «Padre, Hijo y Espíritu Santo» y en Cristo, como el Hijo de Dios y Salvador del mundo, a quien hemos aceptado como nuestro Señor. Él ha cambiado y transformado nuestras vidas.
En 1896, en el gobierno del General Eloy Alfaro, ingresaron oficialmente los primeros misioneros evangélicos en el país. Durante estos 124 años de presencia formal en Ecuador formamos parte importante del tejido de nuestra nación, contribuyendo al desarrollo y superación de nuestros compatriotas con aportes importantes, encarnando en palabras y hechos el Evangelio transformador de Jesucristo.
Con visión, compromiso cristiano y espíritu patriótico, servimos a la sociedad ecuatoriana sin distingo alguno, especialmente a los pobres y marginados de nuestro país. Realizamos esfuerzos en educación, salud, comunicaciones, defensa de los derechos humanos y una lucha frontal contra lo que denigra al ser humano y destruye a la familia y la sociedad.
Gracias a las iglesias y organizaciones evangélicas que con hechos y palabras han compartido el evangelio de Cristo, miles de familias han sido transformadas y rescatadas de los vicios, violencia intrafamiliar, constituyéndose en hombres, mujeres, jóvenes y niños de bien al servicio de Dios y de la Patria, resultados reconocidos aún por investigadores que no tienen nexo con los evangélicos.
Como Confraternidad Evangélica Ecuatoriana a lo largo de 56 años hemos contribuido con las iglesias y organizaciones miembros buscando la unidad del pueblo evangélico ante las autoridades y sociedad, también hemos promovido la libertad de cultos. La Confraternidad Evangélica está asociada con otros organizaciones de Latinoamérica y mundial que persiguen objetivos similares.
Los ciudadanos evangélicos continuaremos esforzándonos para contribuir a alcanzar un Ecuador digno, justo, solidario y democrático, en el que se practiquen y respeten los derechos humanos y las libertades. Y, por supuesto, nos mantendremos firmes y fieles en el cumplimiento del mandato bíblico: proclamar el Evangelio y llevar esperanza en el Señor Jesucristo a todos los rincones de la Patria.
Rev. Estuardo J. López L.
Presidente C.E.E.